Weatherlight
2
Sisay estaba dolida de haber perdido a cuatro miembros de la
tripulación en muy poco tiempo, aunque mantenía la postura mientras dialogaba
con Hanna y Karn acerca de la posibilidad de viajar al plano de Mercadia. Pero
antes, quería saber la situación particular de ellos dos con respecto a la
misión. Ambos estaban vinculados a Gerrard, y "su partida pudo haberlos
afectado", pensó la capitán.
-
No quiero hablar de eso – Respondió Hanna, ante
los cuestionamientos. – Mi destino me trajo aquí, y a pesar de lo que siento
por Gerrard, me dolió la forma en que se marchó, pero la misión de encontrar el
Legacy es más importante.
-
Bien, es bueno oír eso, Hanna. ¿y tú, Karn?
-
Yo soy parte del Legado. Lo he visto en el tomo Thran. Y aunque juré proteger a
Gerrard, y en verdad quiero hacerlo, estoy con Hanna. Esto es más importante.
-
Bien, es bueno saber con quién cuento. ¿Qué
necesitamos entonces? – preguntó Sisay.
-
Según el tomo Thran, necesitamos al menos dos
cosas básicas, además de suerte, para que funcione el Weatherlight a su
verdadera capacidad. – respondió Karn – Necesitamos un mago que aplique magia
pura al motor de la nave y, esto es lo complicado, un ser vivo nacido en el
plano al cual queremos viajar.
-
Y por el momento no tenemos ni uno ni lo otro. –
agregó Hanna.
-
Entiendo. Por lo que sé, Mercadia es un plano rico en comercio. Volveremos a preguntar en
las rutas comerciales. Quizá alguien sepa algo.
-
Yo podría ayudar en eso. – dijo una voz.
-
¡Por la diosa! ¡Starke! Haz un poco más de ruido al entrar ¿quieres?
-
Una disculpa capitán. Acercando la nave a las
costas, podré moverme rápido y obtener algún indicio.
La nave embarcó en un puerto. Starke, acompañado de Tahngarth y Orim, salió a recolectar información.
-
¿Qué piensas de nuestro nuevo amigo? – preguntó
Sisay a Hanna.
-
La universidad de Argive me enseñó dos cosas:
siempre mirar al pasado y no desechar algo que parezca útil.
-
No sé nada del pasado de Starke… y tampoco sé
que tan útil pueda ser.
No había pasado una hora
cuando Tahngarth y Orim regresaron a la nave.
-
Starke se nos perdió – Explicaba Tahngarth a
Sisay – Estábamos juntos y de repente ya no lo vi. El puerto está lleno de
comerciantes. Quizá hay alguna feria o algo así.
-
Hay que esperarlo. – indicó la capitán.
Un par de horas después llegó
sonriendo, acompañado de una mujer. Ella con el rostro cubierto. Hizo una
reverencia a la tripulación.
-
Ella es Dalia.
Me dice que su padre es de Mercadia. Que él podría ayudarnos.
-
Mucho gusto Dalia, bienvenida. Starke, ¿puedo
hablar contigo un momento? – Sisay indicó con la mirada el camino a Starke. Una
vez solos, lo cuestionó - ¿Por qué abandonaste
a Orim y Tahngarth?
-
¿De qué hablan? Ah… bueno… ellos tienen su forma
de buscar información, yo tengo la mía. Un hombre como yo, tiene complicaciones
al ser extranjero. Mis habilidades permiten mezclarme.
-
Aun así debes avisar. La siguiente vez que
suceda, no te esperaremos, Starke. – dijo severamente Sisay.
-
Lo entiendo capitán.
-
Bien, vamos a ver que podemos ofrecer a Dalia.
Ooo
Pasaba de media noche y Sisay
no quería dormir. No deseaba volver a soñar su discusión con Gerrard. Para
pasar el tiempo, Sisay leía el tomo Thran, siempre dispuesta a aprender algo.
“Tener un plan, siempre tener un plan”, se decía Sisay. Las veces que no había
tenido plan era cuando las cosas se habían salido de control. No tuvo un plan
cuando a petición de Crovax fueron a Urborg. “¿Cómo se enteró Crovax de que había problemas en
Urborg?”. Sisay pensaba más y más en la situación. Últimamente se sentía como
si fuera parte del plan de alguien más. Se sabía paranoica, y no le gustaba.
“Debo revisar los registros de Tahngarth”, pensó. Verificaría quién compartía
camarote con Crovax. Se le hacía extraño que Crovax, sin haber pasado mucho
tiempo fuera de su camarote, se hubiera “enterado” de que su hogar estaba
siendo atacado. Encontró la lista de Tahngarth, donde hacía sus anotaciones en
bitácora. Empezó a buscar, pero alguien tocó la puerta.
-
¿Si?
-
Soy Dalia, ¿puedo pasar?
-
Es tarde… ¿podría esperar a mañana?
-
No, es urgente.
Sisay abrió la puerta. Delante
de ella estaba Dalia, la cual se quitó el velo que cubría su rostro.
-
¿Qué es tan urgente que…?
Dalia mostró a Sisay un
pergamino.
-
Ten, ábrelo, es un mapa para llegar a tu
destino.
Sisay tomo el pergamino. Al
abrirlo, el pergamino se convirtió en un portal, del cual emergió una voz.
-
Te saludo, Sisay. Mi nombre es Volrath y no formarás el Legacy.
Unas manos que emergieron del
portal tomaron a Sisay, quien desapareció.
-
¡La Capitán! ¡ataque! – una voz gritó mientras
hacía sonar la campana del camarote. - ¡La mujer! ¡Atacó a Sisay!
Squee, dormía en el mismo camarote que Sisay. Era discreto y por
eso lo permitía la capitán. Cuando Dalia tocó la puerta, el goblin despertó. Vio
todo, pero no supo qué hacer sino activar la campana. Toda la tripulación salió
de sus cuartos. Tahngarth, al llegar
al camarote, vio que Starke forcejaba con Dalia.
-
¿Dónde está Sisay? – bramó Tahngarth.
-
¡Lo logramos! ¡lo logramos! – gritaba Dalia – El
Legacy le pertenece a mi amo.
-
¡Calla, mujer! -
Starke seguía forcejando con Dalia.
-
¡Detenla, Starke!
-
¿Dónde está el tomo Thran? ¿Dónde está Sisay?
– gritó Karn – apartando a Starke de
la mujer, la tomó del cuello - ¡Explícate, mujer!
-
¡Karn! ¡Cálmate! – chilló Hanna – nunca lo había
visto así de enojado.
Mientras Karn sujetaba a
Dalia, Starke clavó una daga en la
espalda de la mujer.
-
¡Starke! ¡No!
ooo
Tras la conmoción, Tahngarth, enojado, reclamó a Starke el
hecho de haber matado a Dalia antes de poder sacarle información. Hanna calmaba a Karn, que estaba triste
y enojado consigo mismo por casi quebrar su juramento de no volver a matar.
-
Si no hubiese sido Starke, quizá yo la habría ahorcado. No sean tan duros. – decía Karn, pensativo.
-
¿Qué pasó con Sisay? Los artefactos… el tomo Thran, la Touchstone… ¡No están! – Hanna sonaba abatida.
-
¡Squee!,
miserable inútil. ¡¿Qué viste?! – pregunto Tahngarth acercándose al goblin, el
cual se escondió detrás de Orim.
-
¡No te escondas! ¡Dinos!
-
Lo pones nervioso. – Dijo Orim. - Deja primero lo tranquilizo.
Starke miraba atentamente a Squee mientras explicaba lo que había
visto.
-
Sisay leía tomo y luego… mujer tocó puerta y
luego… Sisay no quería abrir y luego… mujer insistir y luego… mujer mostró
papel y luego…
-
¡Por la diosa! – Tahngarth estaba desesperado
por la forma de hablar de Squee.
-
¡Déjalo terminar! – le gritó Hanna al minotauro.
- Y apareció luz y luego… se escuchar voz y luego…
dijo “Mi nombre es Volrath y no
formarás el Legacy”. - Squeee incluso imitó la voz
que escuchó.
-
Un brazo empujar a capitán y luego… Mujer
agarraba cosas, menos mío y luego… puerta cerrada y luego… él llego y luego…
habló con mujer y luego… yo no entendía… y luego campanita…
El goblin miró a Starke, quien
apretó la quijada.
-
¿De qué hablaron? – preguntó Orim
-
Le pregunté qué hacía. La seguí pues se me hizo
raro. Quizá Squee no pudo entenderme porque le hablé en dialecto de Suq’Ata.
Dalia me atacó. Sólo me defendí. Su fuerza era mucha.
-
Pues definitivamente entonces su papá no era de
Mercadia. – Dijo Orim.
-
Debemos recuperar a Sisay – Dijo Tahngarth muy
serio.
-
Karn y yo veremos si podemos sacar información
del pergamino. – atajó Hanna.
La tripulación del
Weatherlight tenía una misión, pero no tenía un capitán al cual seguir.
Tahngarth se sentía capaz de liderar, pero sabía que necesitaba ayuda. Muy a su
pesar y nada a gusto con la idea, aunque se le ocurrió a él, decidió buscar a Gerrard para pedirle ayuda.
Comentarios
Publicar un comentario