Prólogo
La Guerra de los Hermanos es un conflicto que se desarrolla entre Mishra y Urza, los dos ingenieros artífices más poderosos en Dominaria. La guerra ha estado
estancada desde hace algunos años pues ambos se han quedado sin recursos. Cada
uno por su lado busca, desesperadamente, en los alrededores del continente de Terisarie algún lugar que pueda proveer
de la materia prima para sus propósitos. Es el año 63 A.R. (Registro Argoniano),
los hermanos son tan famosos y poderosos que el tiempo se empezó a medir desde
el año en que nacieron. Ambos ya están en el ocaso de sus vidas, y saben que
alguno de ellos debe ganarle al otro para poner fin a un conflicto que ha
desgarrado la tierra misma.
El origen de su conflicto se
remonta a su juventud, pero incluso nadie cercano a ellos conoce bien la
historia. Sin saberlo, un magistrado de Phyrexia
los ha observado por años, casi de manera inmediata desde que el conflicto entre
Urza y Mishra comenzó. A Gix, el
magistrado phyrexiano, se le encomendó la tarea de vigilar a los hermanos para
asegurarse de que ambos murieran en la guerra que iniciaron. La meta de
Phyrexia es invadir el plano de Dominaria y no quieren encontrar ninguna
resistencia.
La escasez alimentaria hacía
difícil qué las tropas del reino de Fallaji
estuviesen contentas, fieles a Mishra, el hambre los había empezado a inquietar.
Su general y líder lo sabía, pero poco le importaba. Mishra estaba más preocupado por la falta de recursos materiales.
Sin metal y sin madera, la guerra en contra de su hermano se había estancado y
no se veía el fin. Mishra sabía que su hermano estaba en una situación similar.
Sus espías le informaban que su hermano, Urza,
invertía tiempo en la generación de algunos tópteros y buscaba,
desesperadamente, algún lugar cerca de Terisarie que tuviera aún recursos que
explotar.
Lejos de la guerra que se
desarrolla, Gaea, la diosa Madre,
había creado una isla llena de vida donde hadas, elfos, centauros y pueblos
arbóreos cohabitan en perfecta armonía. Gaea llamó a la isla Argoth y todos sus habitantes la
veneraban como la Creadora. La diosa es venerada no sólo en Argoth, sino en
toda Dominaria, de quien se dice es
su creadora y protectora a la vez. Los espíritus protectores de los diferentes
bosques de Dominaria son parte de ella y los elfos la consideran la Madre. Sin
embargo, el destino le tenía preparada una tragedia a Gaea pues, a pesar de sus esfuerzos de mantener a Argoth
escondida y lejos de la mano humana, un día un tóptero dio con la isla. El
tripulante era Harbin, hijo de Urza.
El joven Harbin, había estado atrapado en una tormenta de
aire que lo alejó al sureste de la isla de Terisarie. Cuando la tormenta
terminó, Harbin se encontró con una isla llena de materia prima.
El destino de toda Dominaria, de todo el Multiverso, quedó
sellado.
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