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En caída libre (Exodus 2/4)


El Predator, comandado por Greven il-Vec, al ver la nave enemiga, inició rápido su ataque. Utilizando la misma maniobra que le salió bien en su primer encuentro, el Predator tenía atrapado a la Weatherlight con un arpón. Pero la velocidad que había ganado la pequeña nave, con la adición del Skyshaper, le dio una idea a Hanna.


-          ¡Dame el timón soldado! – ordenó la ingeniero.
Con una serie de vueltas, la cadena del arpón dejó envuelta a la enorme nave de Greven, gracias a la habilidad de Hanna. El Skyshaper le había dado más velocidad y potencia a la pequeña nave, haciendo que la Weatherlight pudiera arrastrar una nave más pesada como el Predator. Pero Greven era astuto y sabía de guerra. Ordenó a sus moggs pilotear unos tópteros, más pequeños, para atacar a la Weatherlight.



Afuera de la Ciudad de los Traidores, la resistencia conformada por las fuerzas de Eladamri y de Oracle en-Vec, atacaban con todas sus fuerzas: elfos, y las tribus humanas de Kor, Dal y Vec rechazaban la contraofensiva de los cientos de moggs que salían de la fortaleza. Los líderes de las tropas se reagruparon para planear la siguiente estrategia.


-          Ya hemos dado suficiente tiempo a Gerrard y su tripulación para que rescaten a sus amigos. No podemos seguir más. No sabemos qué tantos moggs alberga esa Fortaleza. – expresó Oracle en-Vec
-          Pero estamos tan cerca… nunca nadie había dado batalla al evincar. – replicó el líder de los Dal.
-          Por eso mismo… no tenemos lo suficiente como para establecer un sitio a la Ciudad de los Traidores.
-          Vienen más Kor. Todo guerrero disponible está llegando. – el líder Kor trató de dar esperanza.
-          Bien. Daremos algunos minutos más a Gerrard… luego nos iremos. – Ordenó Eladamri – No podemos dar más. Aún con nuestras fuerzas, estamos sufriendo pérdidas considerables.

   

Sisay, por fin libre del control mental de Volrath, comenzó a despertar al lado de Gerrard.
-          Amiga, es bueno tenerte completa al fin – dijo Gerrard sonriendo.
-          ¿Dónde estamos?... No recuerdo mucho… ¡¿Mi nave?!  - Exclamó Sisay.
-          Tranquila, está afuera esperándonos.
-          Gerrard… creo que hay problemas… - Tahngarth dijo con voz cansada.


Al salir, Gerrard y los demás se dieron cuenta de lo que estaba sucediendo en los Jardínes de la Fortaleza de Volrath. El Predator seguía atrapado sin poder maniobrar por la treta de Hanna, pero mientras algunos tópteros enemigos quitaban el arpón, otros atacaban a la tripulación de la Weatherlight. Tahngarth vio la oportunidad de subir a un árbol alto y alcanzar a uno de los topteros y, con él, subir a Sisay y a los demás. Lo hizo, pero el piloto le dio fuerte batalla haciendo que el minotauro no consiguiera la pequeña nave. El tóptero se estrelló con la Weatherlight, sin embargo Tahngarth logró caer en cubierta.
-          Delicada forma de aterrizar – le dijo Orim al verlo.
-          Bromas aparte, mujer, tenemos a Sisay. Todos están ahí abajo. – respondió el minotauro.
-          ¿Cómo quieres que baje la nave? ¡Le acabas de hacer un hoyo! – Hanna gritó desesperada.
-          ¡Denme una cuerda! ¡Rápido!



Mientras Hanna regresaba con Karn al cuarto de máquinas para evaluar el daño, Tahngarth y otros hombres soltaron la cuerda para Gerrard. Uno a uno y con tremendas sacudidas de la Weatherlight fueron subiendo Starke, Takara y Sisay. Justo cuando Gerrard subía, del Predator cayó el comandante Greven il-Vec.



Greven estaba consciente de que si Gerrard había salvado a Sisay, era posible que Volrath estuviera muerto. Esto último lo llenó de alegría. “Ya no tendré que servir a ese miserable… el dolor ha terminado”, pensó el comandante. Sin embargo, a causa de Gerrard, él había sufrido uno de los más dolorosos desplantes del evincar.
-          Destazaré la piel de tu carne… removeré esa carne de tus huesos… los cuales después trituraré… y aun así no habrás sufrido lo suficiente – le dijo Greven a Gerrard.



Gerrard esquivaba las embestidas de Greven, dando tiempo a Tahngarth a subir a Sisay, pero una vez más, Gerrard perdió la ventaja. Justo cuando Greven tuvo a merced a Gerrard, un ruido distrajo a ambos: el crujir de las ramas que se produjo por la caída de dos tripulantes de la Weatherlight, Crovax y Mirri.

Gerrard vio a su amiga caer y de su garganta no pudo salir ningún sonido.

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